Por el país

Los secretos de la Iglesia de los Capuchinos

Córdoba / Para los amantes de unir los paseos con las historias y misterios de pueblos y construcciones, en Córdoba los espera una maravilla.  Torres asimétricas, animales infernales y un mapa estelar de los años 30. La Iglesia del Sagrado Corazón y los misterios detrás de su construcción. ¿Qué secretos guarda esta misteriosa maravilla cordobesa?

Iglesia de los Capuchinos
En Córdoba, la Iglesia de los Capuchinos

Estamos en el barrio Nueva Córdoba, en la capital provincial. Un templo de estilo neogótico, retomando la herencia europea y su verticalidad, levantado en la primera parte del siglo XX.  Su origen está vinculado con los hermanos capuchinos, con sus cabezas cubierta y largas túnicas. Posiblemente fue el carisma de Juan de Ansoáin, padre superior de esa orden, el que logró convencer a la aristocracia local para juntar los fondos para solventar semejante obra.

Por eso, desde entonces hasta hoy se la conoce como “Iglesia de los Capuchinos”. Ellos, en 1926, le encomendaron el proyecto al arquitecto y pintor italiano Augusto Ferrari. Un hombre sensible, según las crónicas de la época. Los relatos sostienen que Ferrari construía solamente para pintar. Diseños como el de la Iglesia del Sagrado Corazón, con su celebrada asimetría, dan cuenta de un legado.

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Su diseño

El interior de la Iglesia
Interior de la iglesia de los Capuchinos

La fachada muestra la dualidad dentro de la cosmovisión cristiana.  La imperfección y la transitoriedad aparecen en la verticalidad trunca de su torre izquierda. Cuarenta metros de hormigón armado que representan el fracaso de la humanidad. Hacia la derecha, la idea de perfección toma la forma de una aguja gótica de setenta metros de altura.  Se planta así en alusión a Dios y el anhelo de las almas de los fieles, que buscan ascender y sentarse a su lado.

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Uno de los detalles más impactantes que Ferrari sumó al Sagrado Corazón tiene que ver con la esfera celeste. En las bóvedas de su interior pintó todas las estrellas visibles desde Córdoba, en sintonía con la afinidad de San Francisco de Asís por la naturaleza y el cosmos.

Un dato reciente suma algo interesantísimo: una investigación de un equipo de astrónomos confirmó la veracidad de esta representación, única de su tipo en el mundo.

Hoy, la Iglesia de los Capuchinos permite contrastar aquella ornamentación con los cielos actuales. Para vivir esta experiencia hay que subir 182 escalones a lo largo de una hora. Arriba, en la Torre Mirador, espera una vista privilegiada del cielo, la ciudad y las sierras.

Detalles ocultos

Iglesia Capuchinos, un encanto cordobés
Iglesia Capuchinos

En la base del predio se ve una colección de pequeñas figuras de lagartos, ranas, tortugas y otros animales. Representan los confines del más gélido de los infiernos. Para comprender este mensaje: son seres de sangre fría. Y que, dentro de la concepción medieval, el infierno bien podría ser un destino congelado, según la obra de Dante. Allí, entonces, viviría este tipo de fauna.

A estos elementos, se añaden otros tomados de la mitología griega. Atlantes, representaciones de hombres que sostienen las columnas del templo. Para la tradición cristiana, personifican la humanidad bajo el peso de los pecados.

Así, los detalles se multiplican y se podrían enumerar por horas. La solución es simple: hacer la mochila y darse un paseo por la capital cordobesa, y descubrir de primera mano una iglesia del siglo XX con espíritu medieval.